Columna de opinión de Juan Manuel Cambron

PODER JUDICIAL SIN TALANTE Y SIN TALENTO

Por: Juan Manuel Cambrón Soria

PODER JUDICIAL SIN TALANTE Y SIN TALENTO

Varias voces los advertimos con tiempo, la reforma al poder judicial impulsada por Morena no es otra cosa que la consumación del proceso de colonización del ultimo resquicio de contrapeso que quedaba de pie en México.

Nadie puede negar que la justicia en el país ni era pronta, ni expedita, ni de acceso sencillo para le gente hasta antes de la reforma, nadie puede negar tampoco que existían casos de corrupción, tráfico de influencias, nepotismo y excesos por parte de ministros, jueces y magistrados.  Sin embargo, tampoco se puede negar que en los últimos treinta años esa dejó de ser la constante, y el Poder Judicial de nuestro país comenzó un proceso de profesionalización para mejorar desde dentro, la instauración del servicio de carrera judicial fue poco a poco estableciendo mecanismos escalafonarios que reconocían la preparación académica, la experiencia en el desempeño de diversas tareas judiciales y la experticia que acumulaba cada integrante, buscando con ello garantizar que quienes llegaran a las mas altas posiciones fueran aquellas mujeres y hombres con las mejores calificaciones; y hay que decirlo, en muchos casos así sucedía, se podía contar con los mejores. El poder judicial, fundamentalmente el de orden federal, cumplía en gran medida con su papel técnico, pero también con la visión de equilibrio democrático, al limitar el ejercicio del poder presidencial resolbviendo incluso temas en los que se avizoraba exceso del presidente en turno.  Por ejemplo, a Calderón le negaron la reforma que militarizaba la seguridad pública (que después consumó AMLO, quien lo diría), a Peña Nieto le impidieron reformas en telecomunicaciones que estaban orientadas a beneficiar a sus amigos, y al propio Andés Manuel le tiraron por la borda su plan b electoral.  Es decir, la corte fungía como contrapeso y resolvía con criterios técnicos alejándose de los sesgos políticos.

Esto último enfureció a López Obrador, que siempre quiso ejercer un poder presidencial omnímodo, tal como el aprendió y se formó en los tiempos de Echeverría, donde la corte se doblegara a sus designios.  Pues la revancha del régimen se consumó con la elección del poder judicial, que abrió paso a los amigos, compadres, familiares de la gente cercana al poder, dando como resultado que hoy ministros, magistrados y jueces, no tengan cualidades más allá que su deseo de entregarse a la mal llamada 4T. 

Pero las consecuencias de la aberración en la integración del poder judicial aún no se logran palpar, apenas es la punta del iceberg.  Lo de menos es el ritual ridículo de los ministros con flores y copal, lo de menos es la queja de Loreta por la reducción de su salario mensual de 200 mil a 137 mil pesos (pobre de ella), lo de menos es que el ministro chicharrón haya ganado; lo verdaderamente grave vendrá en el desempeño de las funciones, en las resoluciones, en la pobreza del carácter de quienes están en esos cargos.  Mire usted, no vaya tan lejos, aquí en Tlaxcala, donde el nuevo juez Yair Castillo, quien antes fue líder juvenil de morena y es amigo de la gobernadora, quien hizo un ridículo nacional al dictar una notificación a una persona muerta, lo tomará a broma, pero ese es el nivel de quienes están hoy poblando los lugares en el poder judicial en todo el país, gente sin el talante democrático ni el talento mínimo para defender dignamente la representación que ostentan.  Al final del día, la justicia estará más lejana, será aun más tardada, menos expedita, igual o peor de corrupta que antes, solo que ahora, encabezada por las rémoras de la 4t. 

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