El Cielo es el Límite
¿Cuál es el límite? Preguntabas, ¡EL CIELO MISMO! contestabas, con esas palabras buscabas la sintonía de tus colaboradores y tu pensamiento, apasionado de tu trabajo, obsesivo con los detalles, amante de las discusiones, alegre a mas no poder, con tema de conversación que iba desde los vinos hasta la big data, pasando por tópicos tan variados como la arquitectura, la literatura, la historia, música, de bronco o de los Cadillacs, o de Verdaguer o de banda; y por su puesto la política; leal, amigable, valiente, arrojado, sin miedo a equivocarte, cosa que paso mas de una vez, pero que no te detuvo, tenaz, un chingón, el más mejor, así eras tu.
Cuate del barrio, grillo estudiantil, botarga del partido, taxista, mesero, comerciante, profesor, servidor público, militante, regidor, diputado, candidato, director. Y en cada faceta, una filosofía familiar que nos compartías orgulloso, “mira mijo, no importa a que te dediques, así sea a lavar platos o a barrer, siempre tienes que ser el mejor”. Y sin duda alguna lo lograste.
Un ejemplo claro, es cuando el legendario Porfirio Muñoz Ledo, entonces diputado federal, vino a Tlaxcala y ahí, al sentarte a su lado, te pregunto. ¿eres diputado? -Si- ¿presidente? -Si- ¿De morena? -no, del PAN; la sorpresa del octogenario político al conocer tu filiación, relevo su asombro, lo natural era que en esa LXIII legislatura, el presidente de la mesa, fuera del partido mayoritario. Creo que te reconoció el logro, más allá de su gesticulación, al regalarte ese manuscrito, que minutos antes leyó, con motivo de su visita, allí en el histórico teatro Xicohtencatl. Así como en esa ocasión, en tantas otras lugares y facetas, quedo ese sello y esa huella, de ser siempre el mejor.
El slogan de tu campaña, te quedo como anillo al dedo, después de varios ideas sin que ninguna te convenciera, no se si lo relacionaste con la máxima familiar, o si era la semántica averiada, o ambas cosas, pero al escuchar: “EL MAS MEJOR” tu mirada brillo, como tantas veces que hacías travesuras, políticas o no; aquellas donde junto con la banda azul, ganaste el juvenil, dos veces; o aquellas en que chamaqueaste a tus compañeros del cabildo de Tlaxcala. O esa en la que, junto con la banda legislativa, reacomodaron el congreso por completo. El brillo de tu mirada, que solo palideció ante tu propio brillo, ese incomparable brillo que se fue contigo.
¿Sabes viejo? Habemos tantos que te echamos de menos, si, por todo lo que he dicho aquí, pero mucho mas por lo que no he dicho aun, por lo que personalmente nos diste a todos y cada uno de los que coincidimos contigo. Por supuesto, Edna, Diego, Sofia, Danna, el orgullo de tu vida, tu familia, te extrañan más que nadie en este mundo, obvio tus padres, tu zorro plateado, tus hermanos. Pero también quienes nos hermanamos contigo en el diario vivir y compartir, Arturo, Edgar, Pablo, Elvira, Jorge, Víctor Hugo, José Luis, Alejandra, Marco, Damián, Jonathan, Lily, Coral, Carlos, Héctor, Ruth, Lalo, Maddy, Panu, Juan Ramon, Adolfo, Carol, Salazar, Maribel, Alfonzo, Norma, Rene, Guadalupe, Giovanni, Marisol, David. Zonia, Luz, Isabel, Ada y yo. Y por supuesto muchas y muchos más, que compartimos, que reímos, que peleamos, que lloramos, y que soñamos contigo.
Así, a pesar de tu ausencia, estas y estarás, en los sueños, en los recuerdos, en las canciones, en las reuniones, en los logros, en las caídas, ahí estas. Por que allí donde tu estas hoy, ese que para ti era el límite, hoy lo rebasas y sales del cielo mismo, para habitar nuestros corazones hoy y siempre.
Suspiros de democracia
El día que te fuiste, Salazar, levanto del suelo un objeto que necesitaba desesperadamente y milagrosamente encontró, lo conserva hasta hoy, porque esta convencido que tu se lo enviaste. Y así debió ser, siempre ayudando sin importar donde. Hoy, el día en que naciste, Ada te soñó. Y yo… YO TE EXTRAÑO CADA VEZ MÁS.